Dos chavales te miran, al acecho con sus cámaras de fotos desde uno de los ventanales de la planta baja del antiguo edificio de Caja Duero, los que dan a la plaza de Mariano Granados. Lo hacen en una de las fotos de gran tamaño que ocupan las cristaleras a pie de calle. Las instantáneas han sido tomadas por chavales palestinos, refugiados del campo de Ein El Helwe (Líbano), y por jóvenes inmigrantes de diferentes nacionalidades que viven en Líbano. Forman parte de la exposición Ruaa, que Cives Mundi inauguró el pasado viernes y que podrá verse hasta el próximo día 11 de enero.
La muestra la forman cuarenta fotos expuestas en diferentes puntos de Soria capital. Son los siguientes:
-Cristaleras del antiguo edificio de Caja Duero.
-Restaurante Trisquel, en la calle Venerable Palafox, 3
-Bar Ávalon, en la calle Las Balsas, 2
-Bar La Hormiga, en la calle Medinaceli, 8
-Bar Queru, en la plaza de Mariano Granados, 5
-Escaparate junto al bar Capote, en la calle Marqués de Vadillo
-Bar Paco, en El Tubo
-El Hueco, en la calle Aduana Vieja, 23 (frente a la Cuadrilla de La Mayor).
80 jóvenes refugiados palestinos e hijos de inmigrantes expresan su realidad a través de las lentes. Ruaa, “punto de vista” en árabe, es un proyecto que ha permitido formar en fotografía digital a los jóvenes durante 9 meses, con un proyecto financiado por la AECID, que Cives Mundi ha desarrollado en Líbano. Cuarenta de estos trabajos, todos de uan excelente calidad, pueden verse ahora en ocho localizaciones de la capital.
A través de la fotografía estos jóvenes han logrado compartir e intercambiar experiencias sobre una vivencia ya sea dentro de los campos de Ein El Helwe en la sureña ciudad de Sidón, como en la periferia de la capital libanesa, en el barrio de Nabaá, uno de los más deprimidos de Beirut.
Socialmente excluidos, la fotografía les permite no sólo adquirir conocimientos que incrementen sus posibilidades en el mercado laboral sino también expresar su punto de vista, sus percepciones sobre el entorno que les rodea.
Dadas las medidas de seguridad, el movimiento de los habitantes de los 12 campos palestinos que existen en Líbano es bastante reducido. Sin embargo a pesar de que numerosos palestinos disponen de la posibilidad de salir de los campos por cuestiones médicas o de trabajo, muy pocos libaneses se aventuran a entrar en ellos y generalmente son extranjeros o libaneses miembros de ONG los únicos expuestos a la realidad de los campos.
Esta situación ha convertido a los refugiados y sus vidas en un gran desconocido para sus propios anfitriones: los libaneses. Respecto a los hijos de inmigrantes las problemáticas son similares en cuanto a la exclusión social y legal.
Muchos de ellos se ven forzados a trabajar como vendedores en los semáforos o a la mendicidad. Ruaa ha permitido a estos jóvenes no sólo salir de su rutina en los campos o de exclusión, sino también contribuir a dar a conocer tanto a libaneses como a extranjeros la realidad social, política y económica en la que viven.
Les invitamos a descubrir a través de los ojos de estos jóvenes la realidad en el campo de refugiados palestinos de Ein El Helwe y de Nabaá, barrio periférico de Beirut.
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