Haití: un barco sin capitán

8 may '12

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Haití: un barco sin capitán

La ultima visita de seguimiento en Haití a los proyectos que estamos llevando a cabo financiados por la AECID (Kore Artisana en la comuna de Jacmel)  y la Junta de Castilla y León (Stop Cólera en la comuna de Ganthier), realizada la semana pasada, fue bastante tensa y se pudo sentir el clima frágil a nivel político e institucional que conoce actualmente el país.

 La semana anterior a nuestra visita mataron a un policía (le dispararon ocho balazos frente a su casa) que denunció al guardaespaldas de un diputado, por estar relacionado con trafico de armas. El lunes 23 la situación en el barrio de Carrefour  (barrio vecino a Puerto Príncipe y donde vivía el policía), era tensa y conflictiva. La población estaba en la calle para protestar por el hecho de que el guardaespaldas encargó el asesinato del policía.

 A pesar de que las autoridades dijeron que se va a hacer justicia y a esclarecer todo el asunto, la gente desconfía y el clima entre las propias fuerzas policiales está afectado. Tuvimos que adelantar nuestra vuelta desde Jacmel hacia Puerto Príncipe porque si no, nos arriesgábamos a no poder entrar en la capital. Esto porque la población de Carrefour  tomó las calles principales de esta zona (que es el único punto  de entrada a la cuidad de Puerto Príncipe desde Jacmel), instalaron barricadas e incluso se escucharon disparos.

 Por otra parte, la policía  dijo que durante este  día no podía asegurar la seguridad en estos lugares conflictivos. Por lo que las autoridades llamaron a la población a quedarse en su casa y la mayoría de los vecinos de este barrio siguieron el consejo y no salieron a trabajar este día.

 Así que nos fuimos al final de la tarde, cuando llegamos al lugar era de noche. Parece que la luz había sido cortada para que la gente se quedara en sus casas. Era muy difícil ver algo y la calle estaba llena de los restos de las barricadas, no había ningún auto en esta carretera (lo que es muy raro en Haití donde siempre hay embotellamientos  por todas parte), pero igual se notaba gente en la calle.

 Los escombros de las barricadas hacían difícil circular, se notó que hubo muchas barricadas y había que tener mucho cuidado para no atropellar a la gente que todavía estaba en la calle y para no dañar el auto o los neumáticos. Además como llovió mucho, gran parte de la carretera estaba inundada. El ambiente estaba muy pesado, se sentía y la travesía pareció alargarse pero por suerte pudimos pasar sin mayor problema.

 Al otro día, el martes 24 por la tarde, el director de nuestra ONG contraparte, recibió a su celular un mensaje anunciando  que el país se había quedado sin capitán… ¿esto significaba que el presidente había muerto? La verdad es que este rumor nos sorprendió muchísimo, pero también nos preocupó porque actualmente Haití está sin un vicepresidente y el presidente se encuentra fuera del país porque justamente tuvo una embolia pulmonar y fue a Estados Unidos a tratarse.

 Por otra parte los ministros no quieren tomar decisiones para no responsabilizarse de sus posibles consecuencias. En el caso de que este rumor fuera verdad la situación podía volverse crítica. Llamamos a varios contactos para tratar de averiguar si el rumor era verdad y una persona con la cual estábamos en una reunión llamó a un amigo periodista  que pudo averiguar con un senador amigo personal del presidente Michel Martelly  que esto no era verdad, por lo que nos quedamos más tranquilos.

 Al otro día fue necesario que el presidente saliera en la televisión para desmentir estos rumores y mostrar que estaba vivo (aunque el mensaje era pregrabado desde los Estados Unidos). [El presidente de Haití regresó al país el día 30 de abril. Esta crónica y la visita que relata se hicieron cuando todavía estaba en EE UU]. En la calle en el barrio de Carrefour la situación seguía tensa en la mañana del miércoles y antes de emprender nuestro viaje de regreso hacia la frontera por tierra, seguía la gente en la calle, armando barricadas….

 Cuando fue el terremoto de 2010, todo el mundo dijo que era LA oportunidad para que Haití pueda empezar sobre nueva base. Lo mismo se comentó cuando fue elegido el nuevo presidente. En el camino a Jacmel se podía ver un cartel mencionando los proyectos de reconstrucción de 600 casas y efectivamente se veían varios de estas construidas al borde del camino…

 Pero, lamentablemente, a dos años del terremoto, se puede ver que todavía mucha gente sigue viviendo en campamentos de “emergencia” a pesar de que el Estado pudo reubicar parte de los damnificados en barrios de las afueras de Puerto Príncipe.

 Es difícil para uno  poder imaginarse lo que es vivir por unos largos dos años en un campamento de damnificados en Haití… con temporada de huracanes cada año o fuertes lluvias, por no mencionar algunas otras cosas.

 La situación política no ha cambiado, la población tenía la esperanza de que eligiendo un hombre que no fuera del ámbito de la política tradicional (Martelly es un cantante popular) las cosas podían cambiar… pero siguen las acusaciones de corrupción en el Gobierno y salió a la luz que el presidente tiene doble incluso triple nacionalidad, lo que normalmente no está permitido.  

 Desde el año 2006 que empezamos a trabajar en Haití, y esto a pesar de ver los resultados limitados pero reales y necesarios de nuestros proyectos, cuando vuelvo de mis visitas siempre tengo un sentimiento de impotencia frente a la situación de este país… Esta vez no es diferente…

 Sin embargo, cuando veo personas como Closter, el director de MIPROS, una de nuestras ONG contraparte local, que a pesar de que podría vivir en otro país, prefiere quedarse en Haití y seguir trabajando para que su país salga adelante, me motiva también para seguir acompañándolo a él y todos los que trabajan para este mismo objetivo.

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